COLEGIO
SAN FRANCISCO
LIC.
ROBERTO CARLOS GAMBIN J.
DIRECCION
DE GRUPO
JUNIO
2012
LA
SINCERIDAD
La
sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos
vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza…
Para
ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto parece muy
sencillo, pero muchas veces cuesta más de lo que se cree. Se utilizan las
‘’mentiras piadosas’’ para ocultar cualquier cosa que para nosotros es una
tontería, pero que en realidad a la persona que mientes haces daño, y esta
pequeña mentira que en un principio nos es nada se va haciendo más y más grande
hasta que la verdad se acaba sabiendo y sorprendiendo a quien mientes.
La
sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio
de nuestras actitudes.
Cuando
se aparenta lo que no somos (en la edad, trabajo, amistad…) se tiende a
aparentar lo que no se es (más joven, inteligente, educados…) Si se descubre la
gran mentira que nos han hecho creer se nos viene a la memoria el refrán:
‘’Dime de que presumes… y te diré de que careces’’ y entonces se produce una
gran desilusión ya que se pierden las esperanzas de lo que la persona no es en
realidad.
También
indicar que ‘’decir’’ siempre la verdad con palabras es una parte de la sinceridad,
pero también hay que ‘’actuar’’ acorde con la verdad.
Para
ser sincero se necesita tener mucho ‘’tacto’’ y esto significa que cuando
debemos decirle a una persona la verdad de lo que pensamos y esta verdad la
incomoda debemos utilizar las palabras, las expresiones correctas ya que el
primer propósito es ‘’ayudar’’ a esa persona, y esto es necesario para que la
persona escuché y vea que lo que se la dice va con buenas intenciones y sin
ánimo de ofenderla.
La
sinceridad también requiere valor ya que a la hora de decir la verdad a un
amigo o a una amiga por ejemplo, el no decir la verdad no se puede justificar
con no decirlo con el perder una buena amistad o por el concepto que se tiene
de la persona.
La
persona sincera siempre dice la verdad, en todo momento, aunque le cueste, sin
temor al qué dirán. Ya que vernos sorprendidos mientras mentimos es más
vergonzoso aún.
Al
ser sinceros aseguramos nuestras amistades, somos más honestos con los demás y
a la vez con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza
por la autenticidad que hay en nuestra forma de comportarnos y nuestras
palabras.
A
medida que nos vamos haciendo más mayores, la sinceridad debe ir en aumento y
debe convertirse en un elemento básico para vivir nuestra vida con auténtica
plenitud y sinceridad.
Tomado de http://www.tubreveespacio.com/reflexiones-01may05/la%20sinceridad.htm
RCG
2012
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